La utilización de la música en el aulaLa música y las canciones no son exclusivamente para el uso de los profesores de música: son una herramienta que pueda venir bien a todos, ¡sea lo que sea su asignatura!
Utilizar la música en el aula, entre otras muchas cosas, puede facilitar el aprendizaje (como sucede al aprender las letras del alfabeto con una canción), llenar de energía al grupo, proporcionar relajación tras un estado de estrés, estrechar los vínculos de amistad entre los compañeros, estimular la creatividad o motivar al alumnado para seguir perseverando ante una tarea. (Jensen, 2009) La música tiene la habilidad de facilitar la adquisición de lengua, la disposición a la lectura y el desarrollo general del intelecto. (Hanshumaker, 1980) |
Para crear ambientes: |
La música, en el momento adecuado y a un volumen adecuado, puede influir al estado emocional de los estudiantes. Un profesor puede así fomentar una sensación de alegría (concierto en Do mayor de Vivaldi), melancolía (Rachmaninoff: Piano Concerto no.2), euforia (el himno nacional de Rwanda), misterio (la banda sonora de la película Tiburón) o frenesí (la banda sonora de Benny Hill) cuando quiera.
La música en sí no es siempre suficiente para causar un efecto en los estudiantes, pero cuando esté combinado con otros estímulos como la iluminación, imágenes, el actitud del profesor y un material adecuado, puede afectar el ambiente del aula mucho. Por ejemplo, si un profesor quiere que los estudiantes recojan el aula después de una actividad, recomendaría que pusiese el tema de Benny Hill pero también tendría que moverse de conforme a la música y animar a los estudiantes. Lo he comprobado y observado hacer y consto que funcione y las aulas se limpian de forma muy rápida. Hay ciertas cosas que el profesor debería tomar en cuenta a la hora de poner música:
La música clásica suele ser una opción neutra pero el profesor puede llevar temas de su generación o que tengan una importancia personal: en este caso el profesor tiene un interés especial en que la música cumple su rol y esta actitud le ayudará a funcionar mejor como herramienta didáctica. Canciones extrañas o divertidas suelen funcionar bien |
Para señalizar actividades: |
La música al comienzo de una clase se utiliza mucho porque al apagar la música, el profesor señaliza el comienzo de la lección sin tener que decir nada. Por contario, poner música al final de una clase puede señalar el final y que los estudiantes ya pueden irse. La música también sirve para que los alumnos se sientan más cómodos a la hora de acercarse al profesor para preguntar dudas porque, al haber ruido ambiental, parece que otros no les escuchan.
En lugar de utilizar un reloj para cronometrar actividades, también se puede utilizar la música instrumental: la mayoría de la música tiene una estructura que permite que el estudiante sepa si está en el medio o cerca del final de la pieza y le ayuda poder terminar la actividad a tiempo. Por otro lado, se ha demostrado que la música en el aula reduce la cantidad de conversación y ayuda al alumno enfocar en la tarea y estar menos distraído por ruidos externos. |
Para cronometrar:
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En lugar de utilizar un reloj para cronometrar actividades, también se puede utilizar la música instrumental: la mayoría de la música tiene una estructura que permite que el estudiante sepa si está en el medio o cerca del final de la pieza y le ayuda poder terminar la actividad a tiempo. Por otro lado, se ha demostrado que la música en el aula reduce la cantidad de conversación y ayuda al alumno enfocar en la tarea y estar menos distraído por ruidos externos.
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Para unificar y fomentar la integración:
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Como dice Bennington (2004), “La música contribuye a construir una sensación más fuerte de comunidad dentro de la cual los miembros pueden convivir felices y crear una cultura de empatía y de ayuda mutua.” La música puede crear un punto de conexión entre los alumnos, especialmente si hay una canción que se convierte en “himno” de la clase. En clases con problemas de integración, especialmente en casos que no todos los estudiantes hablan bien la lengua, la música proporciona una zona neutral en que todos son iguales.
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Para la memorización:
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Una canción buena tiene buena prosodia, la música y la letra vayan de la mano de forma fluida y natural. Cuando esto ocurre, la música realza la letra y hace que sea más fácil de memorizar: por eso, un niño no tiene problemas en aprender la letra de “Frêre Jacques” aunque no hable francés o “Heads, Shoulders, Knees and Toes” sin saber inglés.
Por esto, en las sociedades tradicionales, las baladas son una herramienta esencial para transmitir conocimiento y en todas las culturas del mundo existen canciones infantiles para enseñar a los niños. De hecho, hay varios sistemas de educación (e.g. Rudolph Steiner) que abogan por enseñar canciones y rimas sin gramática ni explicaciones durante los primeros años de aprender un idioma: así el niño construye un base de datos de vocabulario y sintaxis que de mayor puede analizar y utilizar. La prosodia es esencial y, por eso, las traducciones pocas veces funcionan para memorizar. La canción del “ABC” funciona de maravilla en inglés para recordar el abecedario pero en castellano es un desastre porque la letra no cabe dentro de la música: por eso, pocos la pueden cantar más allá que la "M". |
Para proporcionar un puente:
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sLa música, al ser un elemento que todos sabemos apreciar y que– de una forma u otra – conocemos de primera mano, puede servir como un puente atractivo y fácil de cruzar por el cual los alumnos pueden acceder a contenido complejo y poco atractivo. Por ejemplo, antes de hablar del Al-Andalus, poner música clásica árabe, o para hablar de Pizarro y los Incas, poner música andina. Sexuality de Billy Bragg puede servir para introducir el tema de la sexualidad, El bosón de Higgs de Iván Ferreiro para la física cuántica, Don Dinero de Paco Ibañez para hablar de Quevedo etc. etc. Sólo hay que buscar un poco en Google...
Los estudiantes saben distinguir entre una canción hecha para acompañar el capítulo del libro de texto y una que no ha sido manipulada ni desarrollada específicamente para su aprendizaje y esta segunda siempre va a evocar más interés. La letra de las canciones ofrece un rico contexto social e histórico al aprendizaje (Griffee, 1992) y contiene vocabulario y frases vulgares que tal vez no escucharían de la boca de su profesor. Las canciones auténticas motivan los estudiantes y pueden dar color a las explicaciones. |
Para promover la democracia educativa:
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Los alumnos, a veces simplemente por costumbre, critican los gustos musicales de los profesores y a veces piden poner su música. Elegir una canción al final de una actividad o una clase puede ser un premio para un estudiante que haya logrado una buena nota o que haya hecho un esfuerzo notable. También, puedes elegir un día por semana y que los estudiantes rotan en elegir una canción para terminar la clase.
Si se presta a la asignatura, se puede convertir la canción elegida en una tarea y al final del semestre elegir las canciones mejores del año. Antes de poner la canción se puede pasar un formulario a cada estudiante y ellos tienen que rellenar: el nombre del tema, el nombre del autor, el año de su producción, su género musical, el tiempo musical del ritmo, el tema de la letra. También, según su edad, pueden analizar y evaluar el contenido de la letra, la prosodia, la melodía, la complejidad de la composición y su calidad como canción. |
Para promover la psicomotricidad:
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El movimiento es el elemento primordial del ritmo. De acuerdo a esto, se dice que la música, por ejemplo, es movimiento en el espacio y en el tiempo. (Miguel Sassano, 2003: 295)
La música es el único arte basado directamente en el ritmo y la dinámica que es capaz de estimular movimientos corporales. (Dalcroze, citado por Miguel Sassano, 2003: 297) |